domingo, 3 de febrero de 2008

HAMILTON RECIBIÓ INSULTOS RACISTAS EN MONTMELÓ

HAMILTON RECIBIÓ INSULTOS RACISTAS EN MONTMELÓ
Los 'hooligans' llegan a la F-1MARCO CANSECO / Montmeló
El maestro Joaquín Vidal acuño en su día el término Juligans para definir a los incondicionales de El Juli, que había irrumpido en el mundo taurino como una especie de nuevo Cordobés. Lo hacía con aquella socarronería inigualable y en tono humorístico. Él quería definir una especie de fenómeno deportivo en un mundo ajeno a aquellos usos.

También lo han sido en la Fórmula 1 la violencia verbal y el hooliganismo. Pero ayer se sintió en el Circuit de Catulunya contra Lewis Hamilton y no fue de una forma deportiva, ni humorística, sino rayana en actitudes peligrosas que conviene apaciguar cuanto antes. Nunca ha ocurrido en el automovilismo, ni en el golf, ni en el tenis, ni en cualquier otro deporte, es algo que sólo ocurre en el fútbol y dice mucho de cómo se empieza a entender la Fórmula 1 en España.

Hamilton fue abucheado de manera casi fanática cada vez que transitó para entrar o salir a una tanda desde el box de McLaren. Los aficionados situados enfrente del cuartel general del equipo británico acompañaban los gritos y aullidos con insultos de tinte racista. Los gritos de “puto negro”, “negro de mierda” e “hijo de puta” se escucharon nítidamente. No fue un hecho aislado, sino la conducta general de unos 3.500 aficionados que se dieron cita en la tribuna principal del circuito ayer por la mañana.


Malestar en McLaren
Este comportamiento causó mucho abatimiento en las filas de McLaren, que mostró su contrariedad al director del circuito, Ramón Praderas. Ellos no pueden entender esa actitud dentro del deporte, algo que en su cultura queda reservado para los verdaderos indeseables. “No es justo cómo se le está tratando”, comentaba el jefe de pruebas de McLaren, Indy Lull. No hubo una petición expresa del equipo, sino la simple transmisión de que no comprendían todo aquello.

Pradera, en una acertada decisión, llevó a los aficionados hacia la zona central de la grada y ordenó retirar dos pancartas de la zona situada justo enfrente de McLaren. Además, decidió vallar la última parte de la terraza superior para que nadie accediera encima del box inglés y se le ocurriera tirar algún objeto hacia abajo o se dedicara a injuriar a los operarios. Hoy no se permitirán pancartas de ningún tipo.La parte trasera de los garajes, la que da por el interior al Paddock, fue vallada y un empleado de seguridad y una patrulla de los Mossos se ocupó de que nadie del público pudiera incomodar el trabajo de McLaren y de Hamilton. La imagen de aislamiento era realmente sonrojante.

“No había ninguna pancarta ofensiva, pero simplemente que estén, junto a comportamientos que pueden perturbar el normal desarrollo de su actividad en el Circuit y hemos decidido tratar de solucionarlo”, comentaba Praderas a la prensa española.
El resto de la jornada fue similar cada vez que Lewis salía a pista. Esa actitud contrastaba con la de los vítores hacia Alonso en cada tanda. Lo que debía haber sido una fiesta con 25.000 personas en el Circuit se convirtió en un lamentable espectáculo. La abundante prensa internacional tampoco salía de su asombro. Hasta los más cercanos a Alonso comentaban en privado: “La gente es muy bestia”, mostrando su desacuerdo con lo que sucedía.


Lewis, contento con el coche
Aunque Lewis no hizo ninguna declaración sobre el asunto, MARCA pudo saber a través de un técnico del equipo que se había mantenido “completamente ajeno a lo que ha pasado en las gradas. Estaba muy contento porque ha encontrado varios reglajes muy positivos y se encuentra cada vez más cómodo con el nuevo coche. El resto del equipo está mucho más afectado que él”.
Hay que esperar que el embrollo no afecte al futuro de un circuito que ha sido siempre el preferido de los equipos para probar en invierno y donde restan aún dos semanas de test antes de que empiece el Mundial.


Crónica de Marca.com

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